"...En el momento actual, cuando Europa cuenta con
decenas de millones de parados, cuando se extiende el
trabajo precario, la inseguridad social, y crecen sin
cesar las desigualdades entre los grupos y las clases
sociales, así como la distancia entre los países ricos y los
pobres, retornan los cánticos laudatorios al mercado, al
individuo y a la cultura empresarial en nombre de un
redivivo neoliberalismo. Las multinacionales imponen su
ley a los gobiernos que, en un clima de
internacionalización del capital, no saben como resover
el dilema que el desempleo y la crisis generan en una
espiral infernal: promover la inversión de capitales y
asegurar a los inversores la obtención de excedentes al
precio de un abaratamiento de la mano de obra,
contratación temporal, exenciones fiscales, limitación
de derechos laborales y sindicales, en suma imponiendo
la degradación de las condiciones de empleo, o bien,
resistir ese chantaje de los inversores haciendo valer
derechos sociales fundamentales, fomentando la democracia
obrera y velando por el cumplimiento del
derecho laboral al precio de dejar de presentar un
aliciente para la inversión de los capitalistas con la
consiguiente agudización de los problemas de
desempleo, depauperización y fuga de capitales. El
capital no tiene patria, tampoco tiene corazón; es como
un tejido canceroso que crece diluyendo lo social, aniquilándolo..." Reflexionemos y actuemos en consecuencia